El flagelo de la violencia de género también ha penetrado en las escuelas dominicanas. Las agresiones verbales y físicas, junto al acoso y las violaciones sexuales, son los casos más recurrentes en los planteles.
El hecho más grave que ventiló últimamente el Departamento de Orientación y Psicología del Ministerio de Educación fue el de un maestro de Fantino que violó a su alumna adolescente, hecho por el cual recibió la mayor sanción que establece el Reglamento Docente del sistema educativo: la suspensión definitiva. Esta medida fue adoptada tras un largo proceso de investigación. La comunidad se encargó de someterlo al docente a la justicia.
Al menos dos casos de acoso sexual llegaron en los últimos meses al Ministerio de Educación. Se trató de maestros que se enamoraron de estudiantes y los padres presentaron la querella correspondiente.La directora de Orientación y Psicología de Educación, Francisca Ferreira, reconoce que a ese departamento sólo llegan los casos más graves, que no se pueden resolver en los centros educativos.
Recientemente el director de una escuela agredió a una orientadora del centro que dirige por diferencias con relación al manejo del Programa de Alimentación Escolar (PAE). En lugar de recurrir al diálogo hubo agresiones verbales y físicas entre ambos. Las situaciones más frecuentes que se registran en el ámbito escolar es el “bullying” ( maltrato físico y/o psicológico deliberado entre compañeros). Francisca Ferreira, directora de Orientación y Psicología del Ministerio de Educación, dijo que estos incidentes han ido creciendo, tanto entre estudiantes del mismo sexo como de sexos opuestos. “Se da más entre varones y también de varones hacia hembras, es un reflejo de lo que está pasando en la sociedad en general”.
Sin embargo, los casos más delicados y “fuertes” que enfrentó el Departamento de Orientación y Psicología del Ministerio de Educación el año pasado estaban relacionados con el uso de armas blancas.
“Realmente se están presentando situaciones en nuestras escuelas que antes no aparecían”, expresó Ferreira, quien aclara que los casos donde se han registrado muertes de estudiantes se han dado en el entorno escolar. Sostuvo que son situaciones que vienen de la comunidad, del hogar y se reflejan en la escuela; o situaciones que se han generado en el barrio, entre pandillas, y que luego se reflejan en la escuela.
Dijo que por lo general lo que sucede dentro de la escuela tiene que ver más con riñas por diferencias, enamoramientos y situaciones similares. “Sí sabemos que la violencia general que está viviendo la sociedad dominicana se está reflejando en las escuelas”, dijo.
Programas de prevención
Desde el año 2011 el Ministerio de Educación desarrolla la campaña “Hagamos un trato por el respeto y el derecho a la vida”, a través de la cual se trabaja la violencia de género con los estudiantes.
La iniciativa incluye un componente de revisión curricular para incluir los contenidos sobre actitudes y valores que prevengan la violencia.
Contempla además la capacitación docente. En ese sentido se desarrolla un diplomado de género y masculinidades dirigido a coordinadores docentes, pedagógicos y técnicos, para que puedan intervenir en las aulas cuando se presente una problemática de la violencia de género.
“La campaña se centra al interior del Ministerio para abordar las cuestiones nodales que tienen que ver con la parte pedagógica, que es fundamental porque orienta la formación docente y los recursos de aprendizaje”, explicó Esperanza Suero, directora del Departamento Educación en Género y Desarrollo de Educación.
Educación también desarrolla un proyecto de educación afectivo sexual basado en el enfoque de habilidades para la vida. Procura que los educadores desarrollen competencias que les permitan a los estudiantes tomar decisiones correctas frente a las diferentes situaciones que se les presentan en las escuelas.
Ferreira defiende los resultados que ha dado este proyecto, y asegura que en las escuelas donde se ha implementado el cambio es notorio. “Se ve que hay una cultura de paz, un ambiente de trabajo cooperativo, se disminuyen los embarazos y de manera general contribuye a que haya más equidad en las relaciones niño-niña, hombre-mujer, así como entre los profesores, profesor-estudiante y entre los alumnos”, añadió.
El proyecto está planificado para trabajarse en todas las escuelas, pero el Ministerio no financia el programa para todas las regionales. Unas están financiadas por el Consejo Nacional para el VIH y el SIDA (CONAVIHSIDA), otras por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo (USAID), y otras tienen un financiamiento directo del Ministerio de Educación.
Desarrollo Juvenil
Una de las herramientas que utiliza el sistema educativo para trabajar con la construcción de una cultura de paz y la prevención de violencia es el proyecto “Desarrollo Juvenil y Prevención de Violencia” dirigido a jóvenes de educación media, pero por la limitación de recursos no se ha podido implementar a nivel nacional.
Se inició el año pasado como proyecto piloto en cinco centros del Gran Santo Domingo, y este año se incorporará igual número de planteles, los cuales se escogen en función de la vulnerabilidad y factores de riesgos del lugar donde están ubicados.
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“ENFOQUE DE GÉNERO EN CENTROS EDUCATIVOS
La línea que está transmitiendo la escuela es que los niños y niñas participen de manera equitativa en las actividades educativas, que tengan responsabilidades y cada uno desarrolle su potencial sin importar el sexo, y que entre ellos exista el respeto.
“ENFOQUE DE GÉNERO EN CENTROS EDUCATIVOS
La línea que está transmitiendo la escuela es que los niños y niñas participen de manera equitativa en las actividades educativas, que tengan responsabilidades y cada uno desarrolle su potencial sin importar el sexo, y que entre ellos exista el respeto.
Esperanza Suero, directora del Departamento de Educación en Género y Desarrollo, asegura que desde hace un tiempo se ha venido revisando el currículo para fortalecer el enfoque de género en todas las áreas curriculares. En el 2004 el sistema educativo asumió la educación en género como eje transversal que permea todas las políticas pedagógicas que se ejecutan en las diferentes instancias del Ministerio de Educación, y procura garantizar la aplicación del enfoque de género en todas las políticas educativas.
Se trabaja para que los estudiantes se vean en el plano de igualdad; que se vean entre ellos como iguales, no uno superior al otro. Se procura que las niñas asuman que tienen los mismos derechos, así como deberes y responsabilidades.
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