Cuando una cadena de noticias australiana publicó la identidad del "Prisionero X" el martes, la oficina del primer ministro de Israel les pidió a los editores de medios locales que "cooperen y retengan la información relacionada a un incidente que es muy embarazoso para cierta agencia del gobierno".
Cuál es la agencia, de qué información se trata, qué es lo embarazoso son todas preguntas que mantienen el caso envuelto en una nube de misterio.
Poco después el gobierno decretó un estilo de medida cautelar para que la información sobre el caso no se hiciera pública. Y así fue: los medios se olvidaron del "Prisionero X" y lo que se había publicado sobre el caso desapareció.
"Si tú le preguntas a un periodista israelí -incluso informalmente- qué sabe del caso del "Prisionero X", se pone evidentemente incómodo", dice la corresponsal de la BBC en Jerusalén, Yolande Knell.
Ahora, sin embargo, la agencia pública de noticias australiana, ABC, se aventuró a desenmarañar la historia del "Prisionero X".
La televisora investigó y le puso nombre y profesión: lo identificó como Ben Zygier, un judío australiano que aparentemente era espía de la agencia de inteligencia israelí, el Mossad.
Las limitaciones impuestas por el gobierno de Israel no pudieron impedir que la noticia, de todas formas, le diera la vuelta al mundo.
Horas después de pedir la "cooperación" de los editores, la oficina del primer ministro israelí relajó las restricciones. Ahora la prensa local puede citar medios internacionales, pero no puede producir material propio.
"No es común que Israel, un país que se precia de defender la libertad de expresión, decrete estas medidas", dice Knell. "Pero cuando lo hace se lo toman muy en serio".
¿Qué pudo pasar para que Israel tomara dicha decisión?
En medio de especulaciones
La investigación de la ABC, aunque revela la identidad del prisionero, aseguró que no pudo verificar por qué fue arrestado, cómo murió y si de verdad se trata de un espía del Mossad.
Lo que sí pudo comprobar es que, en 2001, Zygier entró al ejército Israelí y se radicó en ese país. Tenía una esposa y dos hijos pequeños.
"Es común que Israel reclute judíos de otras nacionalidades en sus fuerzas de seguridad (...) Muchos de ellos se cambian su nombre judío por uno anglo", asegura la ABC.
Y Zygier habría sido uno de ellos: se lo cambió a Ben Alon.
Después de ser arrestado por la misma agencia en la que supuestamente trabajaba, el legendario Mossad, Zygier fue puesto bajo máxima seguridad en una cárcel que se construyó para el asesino del presidente israelí Yitzhak Rabin, asesinado en 1995.
Tras su muerte, el cuerpo de Zygier fue recuperado y trasladado en avión a Melbourne. Lo enterraron en el cementerio judío Jevra Kadisha.
Su familia nunca se pronunció y rechazó las entrevistas con la ABC. El gobierno australiano se mostró preocupado y dijo que no le hizo seguimiento al caso porque la familia no lo pidió.
¿Traición?
La respuesta del fiscal al comunicado de la ACRI fue que "la medida cautelar es vital para preservar la seguridad nacional, así que no podemos comentar este caso".
Se dijo que era monitoreado por cámaras, que ni sus guardias sabían su identidad. Esas medidas de seguridad hacen que algunos duden de la versión de que el prisionero se suicidó.
"El misterio más grande es por qué Zygier fue encarcelado bajo semejante secretismo", dijo la ABC.
Las fuentes de la cadena australiana en ese país dicen que tuvo que haber hecho algo "extremo" para que le dieran ese tratamiento.
Un exespía internacional australiano, Warren Reed, le dijo a ABC: "Tuvo que haber tenido algo que ver con espionaje o traición: información muy, muy sensible que se sabía podía ser una amenaza inmediata para Israel como Estado nación".
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