Joaquín Guzmán Loera, alias "El Chapo", ha sido declarado enemigo público número uno por la Comisión del Crimen de Chicago, una etiqueta creada en 1930 para designar al jefe de la mafia Al Capone.
Desde entonces, ningún delincuente había sido considerado el principal enemigo de esa ciudad, la tercera más poblada de Estados Unidos.
Pero más allá del título, ambos personajes comparten vidas similares en algunos aspectos y también diferencias importantes en su carrera delictiva.
La Agencia Antidrogas de EE.UU. (DEA, por sus siglas en inglés) asegura que Guzmán Loera es más peligroso que Capone.
Y las cifras de la violencia en México, atribuida en parte a la guerra de carteles que “El Chapo” ayudó a comenzar, son sustancialmente mayores a las que en su momento se le atribuyeron a Capone.
No obstante, las dos historias coinciden en varios aspectos.
En los dos casos, grupos criminales explotaron la demanda desustancias prohibidas en EE.UU. y escalaron posiciones en confrontaciones violentas con la competencia.
Capone se hizo del control del juego, la prostitución y el tráfico de alcohol en Chicago después de eliminar a los jefes de las bandas rivales, en una sangrienta batalla que culminó el 14 de febrero de 1929 cuando los cinco líderes de la pandilla de los Bugs fueron asesinados en un garaje, lo que se conoce como la Masacre de San Valentín.
Mientras, El Chapo y el Cartel de Sinaloa emprendieron desde 2001 una guerra contra las organizaciones del Golfo, Tijuana, Juárez y la banda de Los Zetas para arrebatarles las rutas de tráfico de drogas en la frontera entre México y EE.UU.
Como Al Capone a principios del siglo pasado, Guzmán Loera resultó beneficiado con la lucha. Ahora, el Cartel de Sinaloa es el más fuerte de México y al mismo tiempo una de las organizaciones criminales más importantes de América Latina, según la DEA.
Prohibición
"Tiene mayores capacidades en el lugar donde él se desarrolla, donde hay mayor cobertura"
José Luis Santiago, PGR
Durante mucho tiempo Capone fue prácticamente invulnerable en Chicago y algunas ciudades vecinas, gracias a una mezcla de respeto y temor que infundía en pobladores y autoridades.
Con el mexicano sucede lo mismo: según la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), El Chapo pasa mucho tiempo en la región serrana entre los estados de Sinaloa y Durango, un sitio donde es protegido, no sólo por su guardia personal, sino también por cientos de pobladores y autoridades de comunidades cercanas.
Sin embargo, después que fue declarado enemigo número uno de Chicago, el gobierno estadounidense inició una intensa persecución que culminó con el encarcelamiento de Al Capone.
Algo que no ha sucedido con Guzmán Loera, considerado desde 2001 -cuando escapó de prisión- el delincuente más buscado de México y quien desde entonces elude todos los intentos de capturarlo.
Así, hasta ahora en México no hay un Elliot Ness que capture a El Chapo.
¿Intocable?
Por eso las autoridades mexicanas no habían logrado atraparlo, a pesar de sus esfuerzos. "No es que sea más inteligente y que nosotros seamos más tontitos", insistió Santiago Vasconcelos. "Tiene mayores capacidades en el lugar donde él se desarrolla, donde hay mayor cobertura".
Ocho años después Guzmán Loera parece ser el mismo. De acuerdo con las autoridades mexicanas y la DEA, el narcotraficante cuenta con una extensa red de protección entre autoridades locales y algunos del gobierno federal que le han permitido evadir los intentos de captura.
Testigos protegidos por la PGR han dicho en tribunales que el Cartel de Sinaloa infiltró a la entonces Subprocuraduría Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO), responsable de las investigaciones en su contra.
Recientemente, por ejemplo, la PGR detuvo a siete funcionarios, entre ellos uno de la Suprema Corte de Justicia, por ofrecer información a Guzmán Loera.
Esta red de informantes oficiales explica, en parte, la libertad de la que aún goza El Chapo Guzmán, reconocen especialistas. "Se esfuma minutos antes de que lleguemos" por él, reconoció en su momento un funcionario de la DEA.
En 1931 Al Capone fue sentenciado a prisión por evadir impuestos. Ocho décadas más tarde, el El Chapo Guzmán aún sigue libre.
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