Era el inteligente y culto soldado que suplió las deficiencias intelectuales de su querido “Mello”, redactando manifiestos e informes. Fue él, inclusive, quien lo invitó a sumarse a los decididos Trinitarios que buscaban ardorosamente la independencia del yugo haitiano. Duarte le visitó con esas intenciones y él no vaciló en ponerse a su servicio y conquistar a su inseparable “Pedrito”, reconocido en la Isla por su intrepidez.
Sus glorias, sin embargo, no han merecido los honores que le han sobrado al hermano pese a que sus gobiernos dictatoriales se vieron manchados por ejecuciones, destierros y la enajenación del territorio ya liberado.
En sus desvelos por ver la Patria libre, el mellizo exhibió tanto arrojo como su hermano. Venció al intruso en más de una batalla. Apresado, escapó con sagacidad de sus captores. Junto a su gemelo asaltó cuarteles y se pronunció en El Seibo antes de que en la Capital se proclamara la Separación. Para sus luchas revolucionarias sacrificó bienes e incorporó a su esposa a la fabricación y distribución de armamentos.
Los únicos tributos a su memoria son una pequeña calle del ensanche Independencia
(conocido como Gascue) y un municipio con su nombre. No se conoce siquiera un dibujo basado en las escasas referencias de su fisonomía. “Ilustre y olvidado patriota” le llamó el historiador Vetilio Alfau Durán.
No obstante, en las luchas iniciales de Pedro, Ramón aparece invariablemente a su lado. Su muerte temprana, supuestamente por envenenamiento, endureció el espíritu del hermano dolido. El suceso le impresionó tan profundamente “que influyó posteriormente en el sistema de represión contra sus adversarios”, según Emilio Rodríguez Demorizi.
La muerte de Ramón Santana fue, en parte, suceso propicio para que se desataran sobre la Patria las desgracias que causaron su infelicidad: la insubordinación de Santana, el exilio de Duarte, las enconadas rivalidades entre Santana y Báez, el suplicio de Antonio Duvergé y de Francisco del Rosario Sánchez, actos que, en el sepulcro, lloraría acerbamente el noble hermano de Pedro Santana”, afirmó.
Anota Alfau Durán que “es muy posible que cuando Mella llegó esa noche memorable a la Puerta de la Misericordia, en donde inmediatamente procedió a proclamar la República por medio de su vibrante grito y de su heroico disparo, ya estuviera enterado del pronunciamiento del Seibo, realizado en la madrugada por Pedro y Ramón Santana”
Cuando después se encomendó a Pedro el mando superior de las tropas del Sur, Ramón “quedó gestionando todo aquello que fuera beneficioso a la causa nacional”, declararon Julián Zorrilla y José María Beras al proponer el nombre para el municipio. Él y su esposa recogieron dinero y prendas entre los comerciantes locales.
El propio Buenaventura Báez reconocería los aportes de Ramón Santana cuando al decretar una pensión para su viuda recordó que el difunto general, “por amor a la Independencia y libertad de su país, movilizó y organizó un cuerpo de tropas en la provincia del Seybo (sic), sacrificando su fortuna en vestir, racionar, armar y pagar dicho ejército durante el periodo revolucionario. Este acto de acendrado patriotismo, agregó, arruinó del todo al dicho general, y su viuda y cuatro hijos menores han quedado reducidos a un estado deplorable, casi de indigencia”.
En la célebre entrevista con Duarte, Ramón le prometió: “El día del peligro me hallará usted a su lado, y desde hoy trabajaré con empeño en atraer partidarios a la causa de nuestra independencia”, consignó Rosa Duarte. El y Pedro pasaron a ser miembros de “La Trinitaria”.
“Santana y su hermano Ramón eran ricos propietarios de la provincia del Seibo y gozaban de prestigio por su valor y su honradez”, escribió Alejandro Angulo Guridi. Arrestados por Riviere Herard, pudieron evadir a sus vigilantes, ocultándose en “Los Médanos”, desde allí continuaron propagando ideales separatistas.
Manifiesta Alfau Durán que de los dos hermanos, “Ramón era superior en talento y en ilustración, de temperamento conciliador y moderado. Había sido aclamado general el día del Pronunciamiento del Seibo, lo mismo que su hermano. Parecía ser que después del regreso del ejército libertador a la Capital, y de instaurada la República, sería el hombre llamado a presidirla, dado el creciente prestigio de su hermano a la cabeza de la fuerza”
Concluye que “su muerte, todavía un misterio para la historia, unida a las intrigas que llegaban al campamento de Baní, impulsaron a Santana a desconocer la autoridad de la Junta Central Gubernativa y a marchar sediento de venganza sobre los que él consideró que habían sido los victimarios de su amado hermano”.
Ramón Santana Familias falleció inesperada y repentinamente el 15 de junio de 1844 “propagándose la sospecha de envenenamiento”.
Sus méritosLa exposición que el 12 de junio de 1889 presentaron al Congreso solicitando que el puesto cantonal de Guaza fuese bautizado “Ramón Santana”, resume los méritos del insigne prócer. “Acompañado de su hermano Pedro fue uno de los tantos comprometidos a dar el golpe de Independencia y no descansó un solo instante en buscar la manera de conquistar hombres y hacerse de los recursos necesarios para llevar a cabo tan grande como hermosa obra”. Ambos tomaron por asalto la ciudad de El Seibo a las tres de la madrugada del 27 de Febrero de 1844 “y seguidamente marcharon en auxilio de la histórica ciudad al frente de 600 lanceros”.
La calleEl 13 de noviembre de 1934 el Ayuntamiento de Santo Domingo denominó “Ramón Santana” “la quinta calle de Este a Oeste del ensanche Independencia” en recuerdo “del distinguido patriota y prócer de la Separación”.
Se inicia en una calle sin salida y muere en la Santo Tomás de Aquino.
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