Nacida en Puerto Príncipe, Haití, fue primera dama de ése país entre 1980 a 1986. Pertenecía a una familia acomodada mulata. Hija del empresario Ernest Bennett y Aurore Ligondé. Sobrina del Arzobispo haitiano Monseñor François Wolff Ligondé. Por línea paterna es bisnieta de un británico que se asentó en Haití. Además es descendiente de Henri Christophe, quien participó en la lucha haitiana por la independencia y se autoproclamó Rey.
Inició sus estudios primarios en la escuela College Bird. A la edad de doce, su padre la envía a estudiar al colegio católico St Mary's School, en Peekskill, Nueva York. Trabajó como secretaria en garment district, para una firma que fabricaba pantuflas femeninas.
Creció como una atractiva mujer, popular en el ambiente de las fiestas, hablaba el inglés tan bien como su lengua materna (francés) y tuvo muchos amoríos.
Se casó en 1973, en primeras nupcias con Alix Pasquet, miembro de una prestigiosa y rica familia haitiana que eran contrarios a la dictadura de François Duvalier. El padre de Pasquet había incluso atentado contra la vida de Duvalier. De éste primer matrimonio nacieron dos hijos varones: Alix y Sacha.
Tras su divorcio con Pasquet en 1978, dejó Nueva York y volvió junto a sus dos hijos a Haití. Bennett trabajó como secretaria en la empresa de su padre, también fue relacionista pública del hotel Habitation LeClerc. Poco después hace amistad con el presidente vitalicio Jean-Claude Duvalier (a quien había conocido cuando era una niña en la escuela: College Bird). Duvalier quedó enamorado de la hermosa mulata, quien representaba todo lo que su padre una vez había luchado en contra: elitistas con piel clara que habían gobernado siempre al país y quienes veían con desprecio a los negros, a pesar de que Jean-Claude "Baby Doc" también era mulato por su madre: Simone Ovid Duvalier "Mama Doc.
Bennett se casó con Jean-Claude Duvalier en un fastuoso enlace, el 27 de mayo de 1980. La suma total de la boda fueron 3 millones de dólares de la época.
Duvalier y Michèle tuvieron dos hijos: Francois Nicolas y Anya Duvalier.
Para guardar las apariencias ante la comunidad internacional, Michèle abrió la Fundación Michèle B. Duvalier y aparentemente realizaba obras de caridad altamente publicitadas, siempre acompañada de su hermana menor Joane, quien servía como su secretaria. Construyó varias escuelas y hospitales, en donde visitaba a enfermos.
Era ampliamente conocido que Michèle y su suegra se odiaban. Los problemas llegaron al extremo que la madre de Duvalier abandonó el palacio y permanecía la mayor parte del tiempo en su residencia privada o en el extranjero. Muchos familiares de la ex primera dama (madre de Duvalier) fueron forzados a exiliarse por criticar a la nueva primera dama.
Al momento en que Bennett se convirtió en primera dama, su familia pronto se enriqueció cada vez más. Su padre Ernest Bennett era dueño de la distribuidora de BMW en Haití y de las aerolíneas nacionales HAITI AIR. Exportaba café y se rumoraba que los Bennett traficaban drogas en sus aviones C-46.
Se hablaban de US$50.000 sólo en decoración de flores, traídas de los Estados Unidos para el Palacio Nacional y cuatro mansiones de los Duvalier-Bennett y US$1.7 millones en compras en Nueva York, Londres y París. Las fiestas en Palacio Nacional eran un derroche de buen gusto, pero excesos que un país como Haití no podía costear. Muchos decían que los Duvalier vivían como millonarios estadounidenses.
Michèle era amante de las joyas y los vestidos de diseñador, entre sus favoritos estaban los de Givenchy donde una vez hizo compras de US$168,780. Además, guardaba sus docenas de abrigos de piel en refrigeración especial en el Palacio. Uno de sus proyectos favoritos y conocidos fue la remodelación del Palacio Nacional. Compró muebles estilo Luis XVI, lujosas lámparas de araña, fina seda, arte egipcio, hermosas figuras de marfil africano, lapislázuli y oro. También instaló un moderno sistema de aire acondicionado. El total de las obras hechas en el palacio por Michèle fue de US$4 millones.
En el lujoso palacio blanco, Michèle agasajó en una ocasión a la Princesa Ashraf Pahlavi, hermana del Shah de Irán, además de haberle comprado costosas piezas de joyería. Para estas celebraciones, la Señora Duvalier hacía llamar a su peluquero de París, quien volaba desde allá a la isla para arreglar el cabello de su clienta favorita.
En Mayo de 1984, Michèle organizó un baile a beneficio de los pobres. Esa recepción llamada "La tombola" y en donde el valor del plato durante la cena se estimó en US$500, fue el evento más lujoso jamás visto en Haití. Se congregó en su totalidad la alta sociedad del país y numerosos invitados extranjeros. Las mujeres vestían trajes comprados en Francia específicamente para esa ocasión. Se dieron regalos como un collar valorado en US$30,000. Michèle hizo su entrada triunfante junto a su esposo y uno de sus hijos llevando puesto un impresionante vestido dorado así como una diadema del mismo color, mientras que en su cuello colgaba un llamativo collar de diamantes y zafiros. Este baile fue transmitido en vivo por la televisión nacional por orden de Michèle, esperando que el pueblo se deleitara con el buen gusto de la primera dama y se enteraran de los resultados que se recogerían esa noche en beneficio de los más necesitados. Pero el resultado no fue el que los Duvalier esperaban. En vez de eso la gente se enfureció con la pomposidad y el lujo en el cual el presidente y la primera dama vivían.
El último episodio y más controvertido en el que Michèle fue protagonista sucedió en noviembre de 1985, cuando una escasez de alimentos provocó disturbios en Haití y la falta de combustible paralizó completamente la isla, la señora Duvalier viajó con su familia a París, a una gira de compras durante la cual se dijo que gastó un millón de dólares en productos de belleza y pieles, a las que era aficionada y se dice que tenía un cuarto refrigerado para guardarlas. Posteriormente, documentos del Banco de la República de Haití, demostraron que más de cuatro millones de dólares de distintas cuentas del gobierno le fueron entregados a un decorador de apellido Sambour, para la residencia oficial y una casa de campo en la montaña.
Exilio y fortuna
Para 1986 el gobierno colapsó y la insurreción era inevitable. Con la ayuda de la embajada de Estados Unidos, los Duvalier salieron en la madrugada de el 7 de febrero de 1986 rumbo a Francia junto a familiares y amigos, llevando consigo sus diamantes, objetos de arte y abrigos de piel. Su salida del país fue un espectáculo mediático. Los Duvalier junto a su larga comitiva llegando al aeropuerto a bordo de su BMW, Michèle usando un turbante blanco y sosteniendo un cigarrillo, mientras los fotógrafos corrían detrás de ellos. Aunque que el gobierno francés sólo les dió un plazo para permanecer en dicho país, la familia se quedó permanentemente.Al inicio de su exilio la familia rentó una hermosa villa en Mougins, donde Michèle continuó con su derrochadora vida junto Jean-Claude, comprando autos lujosos y asistiendo a fiestas de la alta sociedad francesa. La ex primera dama era la favorita en las boutiques más exclusivas del país, haciendo compras de US$270,200 en la conocida joyería Boucheron, US$9,752 en Hermès, US$68,500 por un reloj y US$13,000 por hospedarse una semana en un hotel de París.
La fortuna familiar estimada entre $500 millones a $900 millones de dólares, era manejada por Michèle, quien invirtió en yates, carros de lujo, joyas, propiedades en la Avenida Foch de París y en el prestigioso barrio Neuilly-sur-Seine. Compró el castillo de Théméricourt en Val-d'Oise, una propiedad en el balneario normando de Deauville y un apartamento de lujo en la ostentosa Trump Tower de Nueva York.
Su padre: Ernest Bennett tenía una próspera industria de torrefacción de café en Gennevilliers. Los Bennetts y sus amigos controlaban varias discotecas de moda en varias ciudades francesas y hasta una sociedad llamada Etco (Europe Trading Company).Controlaban también una revista consagrada al prestigio internacional de las comunidades francófonas que lleva como título: Lumieres Noires (Luces Negras).
Sin embargo en 1987, los bienes de la familia en Estados Unidos, que incluían un yate llamado "Nikki" en Miami, avaluado en 100.000 dólares y cuatro apartamentos en Manhattan fueron embargados por el gobierno americano.
En 1990 Michèle y Jean-Claude se divorciaron en la República Dominicana. La mayor parte de la fortuna de Duvalier se la dejó Bennett después del divorcio, ella sigue en Francia junto a sus hijos y utiliza su nombre de soltera.
Entre sus amistades destacan figuras importantes de la política como Jacques Chirac.
Tras el devastador terremoto de 2010, pocos se dieron cuenta que Michèle había llegado a Haití en compañía de un equipo de rescate para buscar a su hermano menor Rudy Bennett, quien se encontraba hospedado en el Hotel Montana al momento del sismo. Fue encontrado muerto y sepultado inmediatamente. También su primo Igor murió en el terremoto.
En 2011 Michèle Bennett volvió a visitar Haití para participar en la conmemoración del primer aniversario del terremoto en las ruinas del Hotel Montana, donde su hermano fue una de las víctimas mortales
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