La Alcaldía del Distrito Nacional (ADN) dio inicio a los trabajos de reconstrucción y remozamiento del histórico parque Eugenio María de Hostos en febrero de 2008, como parte de las intervenciones urbanas contempladas en el plan de rescate que implementa el cabildo en el malecón de la capital dominicana.
Cinco años después, la obra no ha sido entregada a la ciudadanía pese a que el propio alcalde, Roberto Salcedo, ha fijado en más de una ocasión la fecha para su inauguración.
La cronología de la promesa es larga. El 17 de noviembre de 2011 la prensa dominicana reseñó que, durante su intervención en el acto de inauguración de la plaza Güibia, el alcalde Roberto Salcedo anunció que a más tardar en marzo de 2012 entregaría el parque restaurado. Días después, el secretario general del Ayuntamiento, Domingo Contreras, prometió la obra para abril como “un regalo” por el Día de las Madres.
En julio de 2012 Salcedo afirmó que la entrega tendría lugar a finales de ese año y, en enero de 2013, el cabildo fijó el próximo mes de marzo como fecha de culminación de los trabajos.
Durante el último año, ante la difícil tarea de exponer las causas del retraso de esta obra, la municipalidad ha citado varias explicaciones. Por un lado, Salcedo ha atribuido el problema al mal estado en que se encontraban las tuberías soterradas que alimentan el espacio público, lo que además de tiempo les habría implicado también un problema de costo.
Por otra parte, José Abel Noboa, director de Infraestructura Urbana del cabildo, atribuye la lentitud del proceso, además de los “asuntos financieros”, a un incumplimiento por parte de la empresa Lumínica, contratista que tiene a su cargo las luces, que serán importadas de España. Refiere, incluso, que el hecho de que haya que mantener la estructura original del parque, por su valor histórico, se convierte en un obstáculo para acelerar el progreso de los trabajos.Sin embargo, la velocidad con que avanzan otros proyectos que forman parte del mismo plan de embellecimiento del Malecón de la Capital es, para algunos de los vecinos del parque, el indicador de que el cabildo, sencillamente, no considera la obra como prioritaria.
“A Roberto no le interesa esa obra, esa es la explicación. Si le interesara no tuviera tanto tiempo con el parque secuestrado”, dice un comerciante de la zona que prefiere no ser identificado.
La entrega. Por otro lado, esperar que la obra esté lista para marzo próximo parece una actitud de excesivo optimismo si se consideran los datos ofrecidos por la Oficina de Acceso a la Información Pública (OAI), que dan cuenta de que hasta el 1 de febrero pasado los trabajos habían sido concluidos en un 71%.
Es decir, que para que la Alcaldía termine antes de marzo, tendría que avanzar en estos dos meses a un ritmo muy superior al que ha adoptado durante los años que lleva el proyecto en ejecución.
Ese incremento de la actividad no es lo que se percibe en la obra, o no es, al menos, la impresión que tienen los vecinos. Doris de Febles, por ejemplo, sostiene que durante el mes de diciembre no observó a un solo trabajador en el parque y que, en enero y febrero, apenas ha notado la presencia de algunos obreros que mueven arena con una carretilla, pero durante jornadas cortas.
“Desde este balcón se puede ver perfectamente lo que ellos están haciendo ahí: nada. Tienen a dos o tres moviendo arena de aquí para allá en una carretilla y nunca se ve el avance”, explica la mujer, que lleva 54 años residiendo en este sector.
Pese a lo que indica el informe remitido por la Alcaldía a través de la OAI y a la percepción de la señora Febles, Noboa mantiene una postura mucho más optimista. Señala que la obra ya está concluida en un 95% en los aspectos de ingeniería y en un 90% en términos de inversión. “Ya está terminado todo. Nada más faltan dos rubros. La parte de la jardinería y la de las luces”, dice.
Presupuesto. Según el informe presupuestario remitido por la OAI del cabildo, el monto estimado de la obra asciende a RD$64.5 millones, de los cuales se han ejecutado unos RD$45.5 millones.
En este documento consta que los renglones en que se ha empleado mayores porciones presupuestales son los pisos, que están a cargo de la compañía R&R&R Constructora y presupuestados en RD$15.3 millones; y la instalación eléctrica en general, que fue presupuestada por RD$16.6 millones y concedida a la empresa Lumínica.
En el caso de los pisos, se ha ejecutado casi la totalidad del presupuesto (RD$14.7 millones) y, para el sistema eléctrico, sólo RD$6.6 millones.
Pero pese a que una documentación oficial hace referencia a estos montos, en los informes presupuestarios trimestrales que publica la institución pública en su página web sólo se reflejan con precisión algunas intervenciones que involucran una inversión total de menos de RD$7 millones, casi todas realizadas a través del contratista R&R&R Constructora.
Se hace referencia a este proyecto en todos los presupuestos trimestrales de 2011 y en los de 2012, con la excepción del correspondiente al último trimestre, que no ha sido publicado.
Un espacio de carácter histórico
El parque Eugenio María de Hostos, inaugurado en diciembre de 1937, fue construido por orden del dictador Rafael Leónidas Trujillo, quien lo concibió como un espacio de recreación infantil. Originalmente el tirano lo llamó Parque Ramfis, en honor a su hijo mayor. No fue hasta después de su muerte que el espacio de recreación fue rebautizado con el nombre del intelectual y educador puertorriqueño.A finales de los años 50 el parque fue remodelado y una parte del espacio de piscina y juegos fue dedicado a gimnasios y campos deportivos que tuvieron una importancia trascendental en décadas posteriores. Durante varios años también sirvió como escenario del espectáculo que montaba el emblemático luchador Jack Veneno.
Antes de que el parque existiera como tal, el espacio en que se levantó sirvió de fosa común en la que aún permanecen los restos de miles de víctimas mortales del ciclón “San Zenón”, que asoló la capital dominicana el 3 de septiembre de 1930.
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