Juana Ogando , Su figura al entrar en la habitación, atrajo la curiosidad de todos. Venia como siempre, vestida provocativa mente con sus senos púberes palpitantes bajo la blusa de percalina morada. Sus labios sensuales constituían una permanente incitación al beso y su recia personalidad, ya perceptible al través de sus trece años, se imponía como la de una mujer nacida para mando.
Una historia que circulaba como una especie de leyenda en relación con el origen de la familia Ogando refería que un oficial español , seducido por una india de las que acompañaban, durante la rebelión del bahoruco , al Cacique Enriquillo, se había establecido en uno de los hatos del Valle de San Juan, en donde se dedico a la crianza de reses y a trafricar con los colonos establecidos en la parte de la isla que permanecida bajo la bandera francesa.
En plena montaña, nació una numerosa prole de hombres y mujeres que se autentificaban por ciertos rasgos característicos, sobre todo por el color indio quemado de la piel, la abundancia del pelo y los pómulos salientes, bajo unos ojos que, en el caso de las mujeres, invitaban mas al ensueño que a la lascivia.
Un día un personaje llamado Eleazar Buenrostro fue hacia la morada de los Ogando. Hallo la puerta franca. entro sin hacer ruido. Juana Ogando, de espaldas a la puerta , pillaba cafe en el zaguán Estaba semi-desnuda; sus ojos , todavía soñolientos, permanecían semi - entornados. Su cuerpo tibio conservaba aun el calor del lecho que había abandonado poco minutos antes.
Comienza a seducirla con dinero , pero Juana rehuso ya comienzo a insultarlo , Eleazar no pudo contenerse de su orgullo y salto sobre la mesa que le separaba de su pretendida e intento rodear su talle con el brazo izquierdo al mismo tiempo que se esforzaba en atraerla sobre su pecho y besar sus labios ávidos y sensuales. Juana Ogando, con una fuerza que nadie hubiera podido suponer en una mujer de su edad , estrello al intruso contra la mesa. Luego se armo de la mano del pilón que tenia a su alcance, amenazando con descargarla sobre su cabeza . Eleazar Buenrostro se sintió humillado y solo acertó a ponerse dificultosa mente en pie y a prorrumpir en maldiciones e improperios.
Cuando iba a subir a su caballo atrajo su atención la carrera de un burro hechor que perseguía a una yegua suelta en la sabana hume ante bajo el cielo rojizo. Le complacio la brutalidad con que la bestia se resistía a su perseguidor golpeándole ferozmente en el pecho con ambas patas . Observo complacida cuando la hembra se rendía ante el empuje brutal del macho que descargaba en sus entrañas toda la violencia de sus instintos primarios. Así, parecía gritar aun voz en su interior .
SON LAS MUJERES DE MI RAZA, únicamente accesibles a quienes sepan conquistar las con su vigor prepotente y a quienes sepan capaces de fundirse con ellas en una comunión de la fuerza animal con el pudor femenino avasallado por los reclamos del sexo en una hirviente explosión de sus impulsos elementales.
Había un brioso corcel alazán, de largas crines y con una estrella blanca en la frente. lo regalo un guarda-espaldas de su tío Andrés Ogando, pero advirtió sobre las "mañas" del caballo semi-domado Ella se acerco a el y le paso las manos varias veces por las crines, le dio varias palmadas en las ancas y le acaricio con recóndita ternura como si se tratara de un ser-humano luego pidió que se lo ensillaran , apenas puso resistencia cuando Juana Ogando puso el pie .
En 1870, ya El General Ulises Heureaux alias Lilís había embarazado a la sureña Juana (Juanica) Ogando,Hija de Juan Ogando y Catalina Encarnación procrearía a Rosa y Ulises Heureaux Ogando.
Lilis con su instinto de hombre conocedor de la Sociología Dominicana y de Don Juan, alcanzo a ver a Juana Ogando tendida sobre la yerba devastada por una larga sequía . El caballo que montaba se hallaba semi-oculto , amarrado a la sombra de un laurel, e identifico al animal por la estrella que resplandecía en su frente.
La Coqueterías y fingiendo de estar durmiendo con la cabellera abundante y los senos semi-descubiertos, levantados con una respiracion ansiosa de lascividad , se impulso violentamente entre sus brazos. La doncella se resistió con energía, pero acabo por dejarse vencer por aquel hombre moreno que poseía, no obstante su apariencia frágil.
Había aspirado desde niña a ser conquistada no por un galán cualquiera, sino por alguien que supiera imponerle su señorío y hacer llamear toda su sangre hirviente con la intrepidez de un grito salido de la selva.
Durante la Dictadura de Lilis, Juana Ogando organizo un cuerpo de dragones que debía depender di rectamente de el . Pero al mismo tiempo que se exponía al peligro, como la primera al frente de su batallones, Juana Ogando velaba por la vida de Heureaux , y en multitud de ocasiones le puso al tanto de los planes que se tramaban para derrocar lo o para atentar contra el en alguna emboscada .
Su labor no se concentro solamente al servicio de inteligencia , sino que también promover en los barrios mas populosos el apoyo a la tiranía.
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