Con el contexto mundial de la Gran Depresión, al comienzo, y luego la Guerra Civil Española (1936-1939) y la Segunda Guerra Mundial(1939-1945), la etapa se caracterizó por el fraude electoral sistemático, la represión a los opositores, la proscripción de la Unión Cívica Radical y la corrupción generalizada.
En esta coyuntura, Argentina negoció el pacto Roca-Runciman con el Reino Unido, que garantizó las exportaciones de carne, a cambio de importantes concesiones económicas de parte de la Argentina, entre las que se destacó la concesión de todos los medios detransporte público de la ciudad de Buenos Aires a una empresa mixta denominada Corporación de Transportes de la Ciudad de Buenos Aires. Por otra parte, el aislacionismo comercial de las grandes potencias contribuyó finalmente a iniciar el desarrollo industrial vía la sustitución de importaciones. La política económica se volvió dirigista y se creó el Banco Central de la República Argentina, junto a gran cantidad de organismos estatales reguladores (Junta Nacional de Granos, Junta Nacional de Carnes, etc.) y empresas públicas (Fabricaciones Militares, Altos Hornos Zapla, etc.).
Durante este período también comenzó la migración masiva del campo a la ciudad y de las provincias del norte hacia Buenos Aires y el desarrollo del sector industrial que, en 1943, superaría al sector agropecuario por primera vez en la Historia Argentina.
El 6 de septiembre de 1930, Uriburu encabezó un golpe de Estado que derrocó al gobierno constitucional de Hipólito Yrigoyen y estableció una dictadura militar.
La proclama revolucionaria, de inspiración fascista, fue redactada por el escritor Leopoldo Lugones. El 10 de septiembre, Uriburu fue reconocido como presidente de facto de la Nación por la Corte Suprema mediante la acordada que dio origen a la doctrina de los gobiernos de facto.2 Disolvió el Congreso, declaró el estado de sitio, intervino todas las provincias y, en rasgos generales, quiso implantar un gobierno elitista autoritario de naturaleza fascista, régimen del que era admirador.
Aunque públicamente declaraba respetar la constitución, personalmente sentía que el país necesitaba retornar al régimen de gobierno conservador, previo a la sanción de la Ley Sáenz Peña de voto universal y secreto para varones.
Estableció un régimen represivo que incluyó por primera vez la utilización sistemática de la tortura contra los opositores políticos mediante la creación de la Sección Especial de la Policía Federal con ese fin. Detuvo a varios dirigentes políticos, entre ellos a Hipólito Yrigoyen, impuso censura a los diarios, intervino las universidades anulando el régimen de autonomía y cogobierno establecido desde laReforma Universitaria de 1918.
A principios de 1931 llamó a elecciones en la provincia de Buenos Aires, pero luego las anuló debido a que había ganado la Unión Cívica Radical.
En esas circunstancias se organizó un frente electoral para oponerse a la UCR, el partido popular de entonces, que se llamó La Concordancia, integrada por el Partido Demócrata Nacional, que unificó a los conservadores, la Unión Cívica Radical Antipersonalista, que se oponía a la hegemonía yrigoyenista en la UCR, y el Partido Socialista Independiente, un desprendimiento del Partido Socialista que daba prioridad a una alianza con las fuerzas liberales y conservadoras, con el fin de frenar al yrigoyenismo.
En noviembre de 1931, Uriburu convocó nuevamente a elecciones, luego de prohibir las candidaturas del radicalismo y organizar un sistema que se reconocía públicamente como fraudulento.3 En esas condiciones resultó "electa" la fórmula presidencial de La Concordancia, integrada por el general Agustín P. Justo (militar, antipersonalista) y Julio Argentino Roca (hijo) (conservador, PDN).
La Concordancia lograría mantenerse en el poder, mediante la represión y el fraude, hasta ser derrocada por la llamada Revolución del 43. Los presidentes Agustín P. Justo (1932-1938) y Ramón S. Castillo (1942-1943), al igual que Robustiano Patrón Costas, candidato de La Concordancia para las elecciones previstas para 1943, eran miembros del Partido Demócrata Nacional. El presidente Roberto M. Ortiz(1938-1942) y Manuel María de Iriondo, candidato a vicepresidente en 1943, eran miembros de la Unión Cívica Radical Antipersonalista. Por su parte, el Partido Socialista Independiente, tuvo influencia en los gobiernos de La Concordancia, sobre todo en la política económica, a través de las ideas dirigistas de Federico Pinedo (hijo), quien sería dos veces ministro de Hacienda.
Agustín P. Justo asumió como Presidente el 20 de febrero de 1932. Debido a la proscripción del radicalismo y el uso abierto de la represión y el fraude electoral, su mandato es considerado ilegítimo por muchos investigadores y sectores.
Además de la convulsión política debida al golpe, debió hacer frente a los resultados de la Gran Depresión, que había acabado con el superávit comercial y el pleno empleo de los gobiernos de Yrigoyen y Alvear. La sustitución de Hueyo por el socialista independiente Federico Pinedo como Ministro de Hacienda, marcaría un cambio en la política del gobierno. La intervención gubernamental en la economía se hizo más marcada, creándose la Junta Nacional de Granos, la de Carnes, y poco tiempo más tarde, con el asesoramiento del economista inglés Otto Niemeyer, se crearía el Banco Central de la República Argentina.
Durante su mandato la oposición radical, que había declarado la abstención electoral ante la ilegitimidad del régimen, fue muy marcada. En 1933 se produjeron en Buenos Aires, Corrientes, Entre Ríos y Misiones alzamientos radicales, que se saldaron con más de mil detenidos. Yrigoyen, gravemente enfermo, fue devuelto a Buenos Aires y mantenido bajo arresto domiciliario; moriría el 3 de julio, y su entierro en el cementerio de la Recoleta sería ocasión de una manifestación multitudinaria. En diciembre, en ocasión de la reunión de la convención nacional de la UCR, un alzamiento conjunto de militares y políticos se desató en Santa Fe, Rosario y Paso de los Libres. José Benjamín Abalos, ex-ministro de Yrigoyen, y el coronel Roberto Boschfueron detenidos por el alzamiento, y los convencionales y dirigentes del partido encarcelados en Martín García. Alvear, antiguo padrino de Justo, se exiliaría, mientras que otros serían retenidos en el penal de Ushuai.
Roberto M. Ortiz fue el primer civil en 8 años en revestir la banda presidencial. Intentó impulsar sin resultado reformas que permitieran establecer un régimen democrático, quiso desmantelar el aparato montado por Agustín P. Justo y trató de obtener por todos los medios elecciones limpias para el que lo sucediera. Una de las medidas más controvertidas de su mandato fue la circular secreta antisemita firmada en 1938 por el canciller tambiénradical antipersonalista José María Cantilo, que ordenó "a cónsules argentinos en Europa negar visados a 'indeseables o expulsados', en alusión a ciudadanos judíos de ese continente".
Poco después de que asumiera como presidente, Ortiz enfermó seriamente de diabetes, enfermedad que luego lo dejaría completamente ciego. En 1940, la incapacidad física de Ortiz le impediría ejercer la presidencia, por lo que fue reemplazado en la función por el vicepresidente Ramón Castillo, quien finalmente asumiría como presidente en 1942, ante la muerte de Ortiz.
A partir de que Estados Unidos fuera atacado por Japón en 1941 y obligado a salir de su neutralismo frente a la Segunda Guerra Mundial, la potencia del norte comenzó a presionar duramente a los países latinoamericanos para hacer lo mismo. La oposición entre los partidarios de combatir en la Segunda Guerra Mundial o mantener la neutralidad, se acentuó. Por su parte, el control del Ejército y su apoyo al gobierno se volvió cada vez más precario desde la muerte del general Agustín P. Justo el 11 de enero de1943.
Como venía sucediendo desde la dictadura del general Uriburu, frente a las elecciones venideras (1943) el presidente Castillo había comenzado a organizar un fraude en gran escala para imponer la fórmula conservadora integrada por Robustiano Patrón Costas y Manuel de Iriondo. Las conocidas inclinaciones aristocráticas y autoritarias de Patrón Costas, así como su posición pública favorable a hacer ingresar a la Argentina a la Segunda Guerra Mundial, movilizaron a sectores de los más diversos orígenes.
El presidente Ramón Castillo había enfrentado varias conspiraciones militares e intentos fallidos de golpe de Estado y en ese momento se estaban produciendo varias conspiraciones cívico-militares (como la del GOU, la que llevaban adelante el radical Ernesto Sanmartino y el general Arturo Rawson,8 las operaciones que llevaba adelante elradical unionista Emilio Ravignani,8 etc.). Sin embargo el golpe del 4 de junio de 1943 no fue previsto por nadie y se realizó con una gran dósis de improvisación y, a diferencia de todos los golpes que se produjeron en el país, casi sin participación civil.
El hecho concreto que desencadenó el golpe militar fue la renuncia que el presidente Castillo le exigió el 3 de junio a su Ministro de Guerra, el general Pedro Pablo Ramírez, por haberse entrevistado el 26 de mayo con un grupo de dirigentes de la Unión Cívica Radical que le ofrecieron la candidatura a presidente en las elecciones que se avecinaban, encabezando la Unión Democrática, una alianza que el ala moderada del radicalismo (los unionistas) estaba tratando por entonces de concretar junto al Partido Socialista y elPartido Demócrata Progresista con apoyo del comunismo.9
El golpe se decidió el día anterior en una reunión en Campo de Mayo dirigida por los generales Arturo Rawson y Pedro Ramírez. Tiene interés histórico mencionar que no participaron de esa reunión ni el general Edelmiro Farrell ni el coronel Juan Perón, quienes serían más adelante los conductores máximos de la Revolución del 43; Farrell porque se excusó de participar del grupo golpista por razones personales cuando fue invitado por el general Rawson, y Perón porque no pudo ser hallado.10
En la madrugada del 4 de junio salió de Campo de Mayo, al noroeste de la Ciudad de Buenos Aires, una fuerza militar de 8.000 soldados encabezada por los líderes del levantamiento: los generales Arturo Rawson y Elbio Anaya, los coroneles Emilio Ramírez y Fortunato Giovannoni y el teniente coronel Tomás A. Ducó (famoso presidente del Club Huracán). Al llegar a la Escuela de Mecánica de la Armada, en el barrio de Núñez, la columna fue atacada por fuerzas leales atrincheradas allí, resultando del combate 30 muertos y 100 heridos.11 Rendida la ESMA el presidente Castillo se embarcó en el rastreador Drummond12 con orden de alejarse en dirección a Uruguay, dejando sola la Casa Rosadadonde ingresaron los generales Juan Pistarini, Armando Verdagauer, Pedro Pablo Ramírez y Edelmiro Farrell, y los almirantes Sabá H. Sueyro y Guisasola, quienes recibieron a la columna rebelde poco después del mediodía, asumiendo el general Arturo Rawson como presidente.
El triunfo de los insurrectos resultó innegable, y Castillo desembarcó al día siguiente en La Plata, donde firmó su renuncia.
En un primer momento todas las fuerzas políticas y sociales apoyaron el golpe, con mayor o menor entusiasmo, con la única excepción del Partido Comunista. Lo mismo sucedió con Gran Bretaña y Estados Unidos que recibieron el golpe «con gritos de satisfacción», según refiere Sir David Kelly, embajador británico en Argentina en ese momento.13 La embajada alemana, por el contrario, quemó sus archivos el día anterior
No hay comentarios:
Publicar un comentario