Lázaro Cárdenas del Río (21 de mayo de 1895 - 19 de octubre de 1970), fue un general y estadista mexicano, Presidente de México del 1 de diciembre de 1934 al 30 de noviembre de 1940. Se destacó, entre otras acciones de gobierno, por la reforma agraria y la creación de los "ejidos" en el sector agropecuario mexicano; por la nacionalización de los recursos del subsuelo, en especial del petróleo, y por haber brindado asilo político a los exiliados españoles durante la guerra civil. Así como, por haber consolidado las bases del funcionamiento del Partido Nacional Revolucionario y su proceso evolutivo, mediante la incorporación de las grandes centrales obreras, hacia el Partido de la Revolución Mexicana, antecedentes del Partido Revolucionario Institucional.
Cardenismo es el nombre de la corriente ideológica inaugurada por Cárdenas; pero también se le llama así a la etapa en la que gobernó México de 1934 a 1940, aunque algunos detractores prefieren el término "Cadete". La corriente política del Cardenismo, surge así:
- El ejército apoya el cardenismo y es leal a él, ya que le ha dado voz y voto y el poder presidencial que Lázaro Cárdenas llega a tener, no amenaza el poder militar, sino lo consolida, aunque a partir de Cárdenas el poder lo ostente la presidencia más que los generales.
- Con los trabajadores impulsó el tema de los derechos mediante una gran confederación de trabajadores en donde todos estuvieron unidos al Estado y el Estado se comprometió a velar por los intereses de ellos.
- El sector campesino y el indígena apoyan a Lázaro Cárdenas porque se les ofrece y entrega la reforma agraria.
- A los empresarios les ofreció un proyecto económico viable.
- A la iglesia la incluyó en su proyecto.
En el norte, llevó a cabo la Reforma agraria, planeada originalmente por Emiliano Zapata. Este reparto es considerado por muchos como el más grande del siglo en la historia de México. Durante el sexenio del general Lázaro Cárdenas del Río fueron repartidas 18 millones de hectáreas a las comunidades y ejidos. De esta manera, aumentó a 25 millones de hectáreas la cantidad de tierras en el sector social (es decir, las parcelas que se encontraban fuera del régimen de propiedad privada). El objeto del reparto agrario lanzado durante el gobierno de Cárdenas buscaba no sólo la satisfacción de una demanda popular plasmada en la constitución de 1917, sino la formación de pequeñas unidades productivas, con capacidad de autosuficiencia alimentaria.
La unidad básica del modelo de reforma era la conformación de ejidos. Se trata de una dotación de tierras que eran entregadas a un núcleo de población para que las aprovecharan de la manera que consideraran conveniente. Cada ejido estaba regulado por un órgano interno llamado Comisaría Ejidal, integrada por los titulares de la dotación (generalmente hombres) que elegían a un presidente y una mesa directiva. La Comisaría Ejidal tenía la facultad de representar a los ejidatarios en los trámites gubernamentales. Dado que al final de la Revolución y la guerra Cristera, la mayor parte del país estaba en la ruina económica, el gobierno de Cárdenas creó el Banco Nacional de Crédito Ejidal (Banjidal) destinado a capitalizar a los núcleos ejidales.
En Yucatán condujo su política agrarista mediante la expropiación, el 3 de agosto de 1937, de los henequenales en favor de los ejidatarios yucatecos.
Quizá la decisión de política pública más representativa de la administración Cárdenas del Río es la expropiación petrolera. Debido a una combinación de factores, entre los que destacan la debilidad de las economías estadounidense y británica durante la década de los treinta (ambas estaban sumidas en los efectos de la crisis de 1929), la existencia de un fuerte conflicto entre los trabajadores de las empresas petroleras instaladas en México y los empresarios extranjeros que desatendieron un laudo laboral de la corte mexicana, así como su propia visión de un capitalismo democrático y nacionalista, en el que las industrias básicas (petróleo, siderurgia, etc.) jugaban un papel clave, Cárdenas decretó la expropiación el 18 de marzo de 1938, creando PEMEX.
A pesar de que la compensación por los bienes expropiados se incluyó en el decreto, el acto enfureció a la comunidad empresarial internacional y molesto a los gobiernos extranjeros, especialmente el Reino Unido. Antes de salir, las compañías petroleras se habían asegurado de no dejar nada para ayudar al gobierno mexicano, con la esperanza de forzar Cárdenas a aceptar sus condiciones. Pese a que México finalmente fue capaz de reiniciar los campos petroleros y refinerías, la producción no alcanzó los niveles anteriores a la expropiación hasta 2 ª Guerra Mundial, durante la cual asesores técnicos fueron enviados por los Estados Unidos como parte de su política de esfuerzo de guerra aliado.
Sin embargo los británicos rompieron las relaciones diplomáticas con el gobierno de Cárdenas, y el petróleo mexicano y otros bienes fueron boicoteados, a pesar de un fallo internacional a favor del gobierno de México. Sin embargo, con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, el petróleo se convirtió en un codiciado producto. México comenzó a exportar petróleo a la Alemania Nazi y la Italia fascista2
Más importante, sin embargo, que el acto expropia torio mismo, fue el amplio consenso nacional que Cárdenas fue capaz de crear con esa decisión. No sólo se sumaron los sectores del entonces Partido de la Revolución Mexicana, sino que de manera virtualmente unánime otros muchos sectores de la opinión pública mexicana, la Iglesia católica entre ellos, se sumaron de manera entusiasta a la decisión
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