miércoles, 17 de abril de 2013

BIOGRAFIA DE JOSE DE LA GANDARA



José de la Gándara y Navarro (1820-1885) Militar español que fue el último capitán general de Santo Domingo durante el período de la Anexión a España.
Al comenzar la Guerra de Restauración, el Gobierno de España tuvo que enviar refuerzos desde Cuba. José de la Gándara, un militar de brillante carrera –inaugurada a los 12 años de edad durante el período de las guerras civiles peninsulares–, quien era gobernador de Santiago de Cuba, fue mandado, a petición suya, a luchar contra los insurrectos. Cuando llegó a Puerto Plata, sus compatriotas atrincherados en dicho fuerte no pudieron romper el cerco que les tendieron 6,000 dominicanos y después de una violenta batalla solicitaron un armisticio para facilitar el abandono de la ciudad.
De la Gándara prosiguió su viaje a la capital dominicana. El 15 de octubre se le ordenó ir a la línea sur con una fuerza compuesta por cinco batallones, un escuadrón de caballería, una sección de artillería y numerosos pertrechos. Acompañado del general dominicano de las reservas Eusebio Puello, emprendió una marcha arrolladora por San Cristóbal, Baní –cuyos habitantes le agradecieron que los librara del restaurador Pedro Florentino–, Azua y Neiba.
Terminada la campaña, regresó a Cuba a la espera de trasladarse a España. A punto de embarcarse, le llegó la noticia de que la corona, en premio a sus servicios, lo había nombrado el 21 de febrero de 1864 capitán general de Santo Domingo con el rango de teniente general en sustitución de Carlos de Vargas. El 31 de marzo tomó posesión del mando y, de inmediato, se dispuso a llevar a cabo una expedición por mar a Manzanillo para, desde este puerto, dirigirse por tierra a Montecristi y de ahí a Santiago, tal como había planeado durante su primera estancia en Santo Domingo, proyecto que sus antecesores Felipe Rivero y Vargas le habían impedido realizar. Según pensaba, el Gobierno Provisional Restaurador probablemente trasladaría su sede a La Vega o Las Matas al saber de la expedición.
Cuando De la Gándara volvió a Santo Domingo, las tropas españolas se hallaban concentradas en las cercanías de la ciudad, excepto las de Guanuma y Monte Plata mandadas por * Pedro Santana*, quien se había negado a obedecer la orden de repliegue del general Vargas. Relevado del mando por De la Gándara, se opuso a entregárselo y el capitán general dispuso que saliera para Cuba a enfrentar un tribunal militar. El dominicano no llegó a hacerlo, pues el 14 de junio murió de repente en su casa de Santo Domingo.
De la Gándara tomó la plaza de Montecristi el 17 de mayo, pero no pudo continuar hasta Santiago porque el ministerio de Guerra de Madrid le ordenó detenerse y juntar todas las fuerzas en las ciudades costeras hasta que el Gobierno decidiera sobre el curso de la guerra. En España la oposición a esta era tal que había provocado la caída del ministro O'Donnell y su sustituto, el general Narváez, deseaba someter la cuestión a las Cortes. La Gándara no tuvo más remedio que obedecer la orden y le hizo saber al Gobierno restaurador presidido por José Antonio Salcedo su intención de negociar la paz o, al menos, un canje de prisioneros. Este se mostró de acuerdo y envió a Montecristi una comisión para discutir el tema, pero no se llegó a ningún acuerdo. Cuando Salcedo se disponía a mandar una nueva comisión para reanudar las conversaciones, Gaspar Polanco lo derrocó con el pretexto de que conducía la revolución restauradora a la derrota con esas entrevistas. En España, las Cortes, luego de acalorados y largos debates, aprobaron el abandono de Santo Domingo y el 3 de marzo de 1865 la reina firmó el decreto que derogaba la anexión. El 10 de julio, las tropas españolas comenzaron a embarcarse de regreso a Cuba, Puerto Rico y España. La Guerra de Restauración había terminado y la República Dominicana volvía a ser una nación libre y soberana. De vuelta en España, De la Gándara se dedicó a escribir un libro para reivindicar su conducta en Santo Domingo, puesta en entredicho por la prensa. Con ese propósito pidió autorización para publicarlo, pero O'Donnell se lo negó por razones de conveniencia política. Tuvo que esperar hasta 1884 para editarlo en dos tomos con el título de Anexión y guerra de Santo Domingo. Sus primeros capítulos están dedicados a describir la geografía de la isla, narrar los principales acontecimientos políticos y militares y trazar una pintura del carácter del dominicano, en la que combina virtudes y defectos.

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