Santiago Rodríguez Masago (1810-1879). Hacendado y caudillo militar dominicano que se destacó en la Guerra Restauradora.
Nació en Cabo Haitiano, hijo de Vicente Rodríguez, hatero oriundo de Santiago, y Josefina Masago, de ascendencia haitiana. Chago, como le llamaban sus amigos, fue legitimado como hijo de Doña Mercedes Colón. Vivió sus primeros años en Santiago y posteriormente fijó su residencia en Sabaneta, donde se dedicó a la ganadería y al comercio. Llegó a ocupar el puesto de comandante de Armas en esta localidad.
Participó en las diferentes batallas que libraron las tropas dominicanas por la separación de Haití en la región noroeste del país, aunque no llegó a ocupar posiciones militares relevantes. Durante la Anexión a España, se desempeñó como alcalde constitucional de Sabaneta, sin embargo en febrero de 1862 fue de los próceres iniciadores de la Guerra Restauradora en su pueblo natal. Se dedicó a organizar un movimiento insurreccional que abarcó todo el norte del país. Precipitados los planes insurreccionales, el 21 de febrero de 1863, el general Epifanio de Peña se vio precisado a levantarse en armas en la plaza de Guayubín, hecho que fue secundado por Santiago Rodríguez, en la plaza de Sabaneta. La revolución fue sofocada por las tropas españolas al mando del general José Hungría.
A l no aceptar las garantías ofrecidas a él y a sus compañeros por las autoridades españolas, cruzó la frontera y se refugió en Juana Méndez, Haití, desde donde continuó luchando por la causa restauradora, hostilizando a las tropas enemigas, a las que combatió en toda la Línea Noroeste. Regresó al país y el 16 de agosto de 1863 se encontraba en el cerro de Capotillo junto a José Cabrera, Benito Monción y otros restauradores. Ocupó Sabaneta este mismo día junto a Cabrera.
Debido a sus padecimientos por la diabetes, no pudo avanzar hacia la toma de Santiago que dejó en manos de Monción, Pimentel y Polanco. En octubre de este último año se le otorgó el rango de general y dirigió de manera interina las tropas del general Pedro Antonio Pimentel. Sus problemas de salud también le impidieron estar en la formación de la Primera Junta de Gobierno de los restauradores, por lo que sugirió que este lugar fuera ocupado por el general José Antonio Salcedo (Pepillo).
Como muchos otros próceres de la Restauración fue un ferviente baecista. Formó parte de la rebelión dirigida por el general Manuel Altagracia Cáceres (Memé) en los campos de la Línea Noroeste, en octubre de 1867, contra el Gobierno del general José María Cabral, la cual procuraba instalar en el poder por cuarta ocasión a Buenaventura Báez, personaje que encarnaba los ideales antinacionales. En esta última acción, le correspondió luchar contra sus antiguos compañeros restauradores. Murió el 24 de mayo en Agua Clara, Sabaneta a los 68 años de edad.
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