miércoles, 19 de junio de 2013

EL BOXEO FEMENINO DOMINICANO

Las campeonas Marilyn Hernández, Katty Pamela Wilson, Dahiana Santana y Oxandia Castillo coinciden en que la disciplina del boxeo les ayuda a moldear el carácter, pues, según confiesan, de pequeñas eran agresivas. (Fotos: Orlando Ramos)



Fuera del ring… hay más pelea. Jóvenes, adultas, estudiantes, madres solteras, hijas, hermanas, esposas… pero sobre todo son mujeres que están siempre en posición de combate para enfrentar los golpes diversos que les trae la vida en su cotidianidad. Las rectas y ganchos que sufren debajo del ring son aún más fuertes que las que enfrentan frente a sus contrincantes. Comenzando por que entrenan en clubes que no cuentan con las herramientas esenciales para formar atletas competitivos. Ni siquiera con el espacio adecuado. Esto contribuye a sobredimensionar la hazaña de obtener títulos mundiales venciendo a atletas formadas en países más desarrollados, pues ellas aquí se curten a “mano pela´”, movidas por la pasión y el deseo de superación.
La mayoría de las púgiles –como sucede con los hombres boxeadores– provienen de estratos humildes de la sociedad, al igual que en otros países. Son atletas sin la posibilidad de tener al menos una alimentación apropiada para entrenar con energía.
Tal es el caso de Oxandia Castillo (La Loba), de 18 años de edad, que en marzo pasado arrebató –por nócaut técnico y en el segundo asalto– a la costarricense Hanna Gabriels el título Mediano Junior (154 libras) avalado por la Organización Mundial de Boxeo. Su madre cuenta que en varias ocasiones sólo podía alimentar a su hija con un vaso de agua endulzada antes de que se marchara hacia los entrenamientos. En una entrevista para Noticias SIN reveló que su hija se comía hasta la cáscara de la auyama con que le preparaba un puré para desayunar, para poder satisfacer el hambre. “Yo hago esto por el amor al deporte. Esto no me reporta gran beneficio económico. Un hombre recibe cinco veces más el pago que recibe una mujer”, señala la joven. Un boxeador profesional gana desde US$10,000 en adelante por cada pelea.
Yoel Adames, periodista dedicado al área del deporte, lamenta que después de tanto esfuerzo las muchachas no reciban del Estado y de su país el apoyo que necesitan. “No hemos hecho nada para tener esta cantidad de campeonas, sino que como negocio ya a nivel profesional, algunos representantes, personas del extranjero que manejan boxeadores, han llevado a estas jóvenes a esos campeonatos mundiales. Aquí no hay ningún tipo de incentivo”, sostiene.
“Algunos ven con mucha apatía a gente dándose golpes. Es difícil porque no entienden la otra parte, que es que este deporte libra a los jóvenes de caer en vicios o en la delincuencia”, argumenta.
Insiste en que el boxeo moldea la conducta de tal forma que cambia la vida de quienes lo practican de manera positiva, además de que les puede llevar a mejorar su estatus económico si se convierte en una gran figura. “Tenemos el inconveniente de que la gente que dirige no son buenos gerentes, no saben lo que están haciendo muchas veces. Las cosas se parecen a quienes las dirigen, si no hay un buen gerente, no hay buenos resultados”, opina.
Katty Pamela Wilson
Katty Pamela Wilson
Más golpes contundentes… Hasta el derecho a la educación se le ha condicionado a algunos atletas. Recientemente, Yenebier Guillén, que salió victoriosa en el Campeonato Continental de Boxeo Femenino, celebrado en México el mes pasado con la participación de boxeadoras de 15 naciones, denunció que una profesora la puso a escoger entre sus clases para obtener la licenciatura en Educación Física o su carrera como púgil amateur.
El presidente de la Federación Dominicana de Boxeo, Bienvenido Solano, entiende la actuación de la profesora en el contexto de una “falta de tacto” del sistema de educación, porque en todas partes del mundo se otorgan facilidades a los atletas para que estudien y practiquen un deporte al mismo tiempo.
“Si el Estado tuviera como política darles facilidades a los atletas ellos no lo hicieran, pero muchos abandonan los estudios y cuando se ven mayores ni carrera ni deporte, se quedan vacíos”, agrega.
La que manda. Cuando se habla de las primeras boxeadoras profesionales el nombre de Dahiana Santana Lazil se menciona con orgullo. Esta campeona, de 27 años de edad, ostenta el título que otorga la Federación Internacional de Boxeo (FIB) en la división peso pluma (126 libras).
Su primer encuentro con el boxeo ocurrió cuando tenía 12 años. Practicaba en el Club Gran Ejemplo, del ensanche Isabelita, en Santo Domingo Este, a escondidas de sus padres.
“Yo practicaba baloncesto también, entonces en mi casa pensaban que yo me pasaba las tardes en la cancha. A mi papá no le gustaba que yo fuera boxeadora porque decía que era un deporte para hombres, pero ahora es mi seguidor número uno”, comenta orgullosa.
En Alemania, Francia, Bélgica, Panamá, Costa Rica, Argentina, Chile, Estados Unidos y otros países, Dahiana demostró el poder de su puño resultando victoriosa de la mayoría de los retos.
Pero tantos lauros no la han llevado a disfrutar de una vida con holgura económica. Para poder sustentar a su familia se desempeña como profesora de educación física, entrenadora de hockey sobre césped y tiene un negocio de venta de licores. “Nos urge más apoyo. Nosotras hacemos el trabajo porque realmente somos buenas no porque recibimos el trato que necesitamos”, apunta.
Para ella lo más difícil es separarse de su hija Cristal, de nueve años, por varias semanas para poder cumplir con las exigencias de los entrenamientos de un atleta de alto rendimiento.
Yenebier Guillen.
Yenebier Guillen.
Los guantes bien puestos. Las mujeres que practican boxeo han sido víctimas de la discriminación de género desde que decidieron incursionar en el ring. La primera pelea entre boxeadoras que registra la historia se remonta a 1722, en Londres, Inglaterra. Sin embargo, no fue hasta 1996 que por primera vez un país reconoció esa disciplina, porque se alegaba que era un deporte muy violento que sólo podían practicar hombres.
Gran Bretaña tuvo la iniciativa. Un año más tarde Estados Unidos siguió sus pasos con la creación de la Asociación Internacional de Boxeadoras, que se encargó de presionar a otros países para que reconocieran el boxeo femenino.
En República Dominica, al día de hoy se desarrolla el boxeo en el Distrito Nacional y unas 17 provincias, entre ellas Santo Domingo, Duarte, Monseñor Nouel, Santiago, San Pedro de Macorís, San Cristóbal, Higüey, La Vega y Monte Plata.
El comisionado de Boxeo, Franklin Núñez, resalta que la mayoría de las pugilistas criollas obtuvieron el reconocimiento de profesionales sin antes pasar como amateurs.
“No se explica cómo se empieza a dar licencia porque no estaba establecido en la Federación”, sostiene.
Noche con golpes de mujer. “Me quedé con las ganas de seguir”, comenta Marilyn Hernández, La Cachorrita, al retornar al camerino sudada y exhausta para asearse. Al salir refleja a otra mujer, muy femenina y delicada. Peina con esmero su cabello largo y viste un sensual conjunto deportivo color rosa.
Contrario a lo que muchos pudieran pensar, estas boxeadoras exhiben rasgos muy femeninos. Les gusta vestir faldas, usar tacones y preocuparse porque sus ojos brillen con la sombra y el delineador perfecto. Algunas expresan que se les hace difícil conseguir pareja porque corre el rumor de que las mujeres que practican este deporte, que por mucho tiempo estuvo reservado para hombres, reniegan de su femineidad.
Una hora después llega el turno de La Súper Baby. Llama la atención que quien encabeza el desfile hacia el ring es La Cachorrita, exhibiendo el título mundial que Sotomayor se pretende llevar a México.
“Ella me pidió que la acompañara y yo lo hago con mucho gusto, porque desearía que algún día ella hiciera lo mismo por mí”, dice la reina de la división Gallo.
Entre boxeadoras la amistad está primero. Confundida entre el público común que chilla y vitorea, se encuentra otra campeona de República Dominicana que vino a apoyar a la Súper Baby. Se trata de Oxandia Castillo (La Loba).
Suena un reguetón de moda que cumple el deseo de la estrella de la noche. A los pocos minutos las dos mujeres sobre el ring empiezan la pelea exhibiendo elegantes movimientos, golpes fuertes, concentración y pasión.
En el séptimo asalto Sotomayor no da para más. Los jueces toman una decisión y el animador anuncia que se declaraba ganadora Katty Pamela “por nocaut técnico”. Ambas competidoras se estrechan los brazos. Una sonrisa más amplia no podía exhibir La Súper Baby.
En menos de 30 minutos se refleja el arduo entrenamiento de meses completos en una victoria que la confirma como la mejor en su división. Es sábado 18 de mayo. Una noche de campeonas…

Oxandia en su barrio.
Oxandia en su barrio.

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