martes, 28 de mayo de 2013

EL REGRESO DE PERON 1973

En las elecciones que se celebraron Perón ganó con el 62% de los votos contra el candidato de la Unión Cívica Radical, Ricardo Balbín. Se convirtió en presidente por tercera vez en octubre de 1973 con su esposa Isabel Martínez de Perón como vicepresidente.
El tercer gobierno de Perón estuvo signado por permanentes conflictos entre sus seguidores de izquierda y derecha. Grupos parapoliciales con apoyo estatal (la Alianza Anticomunista Argentina - AAA - organizada por José López Rega) persiguieron y mataron a militantes de izquierda. Perón falleció el 1 de julio de 1974 y fue sucedido por su esposa. El entonces Secretario Técnico de la Presidencia de la Nación,Gustavo Caraballo, afirma que Perón le había solicitado que modificara la ley de Acefalía, para permitirle al dirigente radical Ricardo Balbínasumir como su sucesor108 pero eso finalmente no se concretó. En medio de la violencia política imperante, María Estela Martínez fue derrocada el 24 de marzo de 1976 y sustituida por una junta militar.

Juan Domingo Perón falleció el 1 de julio de 1974 debido a un paro cardíaco resultado del agravamiento de la cardiopatía isquémica crónica que padecía. El anuncio al país fue realizado por su viuda, la vicepresidenta María Estela Martínez, que poco después asumió la presidencia.


Tras varios días de duelo nacional, en los que el cuerpo fue velado en el Congreso de la Nación por cientos de miles de personas, los restos fueron trasladados a una cripta en la Quinta Presidencial de Olivos. El 17 de noviembre de 1974 los restos de Evita, que habían quedado en España, fueron trasladados por el gobierno de María Estela Martínez de Perón y depositados en la misma cripta. Mientras tanto, el gobierno comenzó a proyectar el Altar de la Patria, un mausoleo gigantesco que albergaría los restos de Juan Perón, Eva Duarte de Perón, y todos los próceres de la Argentina.
Mientras se encontraba el cuerpo en el Congreso, desfilaron ante el féretro 135 mil personas; afuera, más de un millón de argentinos quedaron sin dar el último adiós a su líder. Dos mil periodistas extranjeros informaron de todos los detalles de las exequias.
Con la huida de López Rega del país y la caída del gobierno de Isabel, las obras del Altar de la Patria fueron suspendidas y los restos fueron trasladados al Cementerio de la Chacarita, en Buenos Aires.

Héctor José Cámpora, nominado por el Partido Justicialista -principal partido que integró un frente electoral denominado "Frente Justicialista de Liberación" (FREJULI)- triunfó en las elecciones presidenciales de 1973. Sin embargo, fue aceptado que quien tenía el poder real era Perón; una frase popular en ese entonces era "Cámpora al Gobierno, Perón al poder". El 20 de junio de 1973, Perón regresó definitivamente a la Argentina, oportunidad en que se produjo la Masacre de Ezeiza, un enfrentamiento violento entre bandos del frente de partidarios de derecha e izquierda, que se disputaban el poder en el seno del propio peronismo, que ocasionó la crítica del mismo respecto del gobierno de Cámpora. Poco después Cámpora y el vicepresidente, Solano Lima, renunciaron a pedido de Perón para permitir nuevas elecciones. Asumió entonces el presidente de la Cámara de Diputados, Raúl Lastiri, quien convocó a elecciones de presidente y vicepresidente de la Nación. Perón eligió a su esposa Isabel, que tenía muy escasa experiencia política, como su compañera de fórmula, evitando pronunciarse por candidatos provenientes de las alas derecha e izquierda del partido, que comenzaban a enfrentarse violentamente, y que no tuvieron otro camino que aceptar su decisión. El 23 de septiembre de 1973, venció la fórmula encabezada por Perón, con su esposa como candidata a vicepresidente, con el 62% de los votos. Perón, enfermo desde hacía tiempo, falleció el 1 de julio de 1974, e Isabel asumió la presidencia ese mismo día.

La presidencia de Martínez de Perón se desarrolló en el marco internacional de la llamada crisis del petróleo y de una extrema violencia política interna, con actuación de varios grupos armados.


Dejando de lado la política de acercamiento entre Perón y el líder de la oposición, el radical Ricardo Balbín, Isabelita se apoyó principalmente en su ministro de Bienestar Social, el ex secretario personal de Perón, José López Rega, conocido como Daniel por sus allegados y el Brujo por sus adversarios políticos. López Rega ejerció una importante influencia sobre Martínez, fortaleciendo la presencia en el gobierno de los sectores de derecha por sobre otros grupos, y organizó desde el gobierno una fuerza parapolicial conocida comoAlianza Anticomunista Argentina o Triple A que emprendió acciones de hostigamiento a figuras destacadas de la izquierda que acabarían en secuestros, torturas y asesinatos.

Desde el gobierno procuró mantener el control político con intervenciones a varias provincias con gobernadores disidentes, universidades, sindicatos, los canales de televisión privados, y reforzando la censura contra libros,4 diarios y revistas. El gobierno exhibió una marcada inoperancia administrativa en distintas área.

La economía argentina sufrió daños graves, con una inflación galopante, la paralización de las inversiones de capital, la suspensión de las exportaciones de carne a Europa y el inicio del crecimiento incontrolable de la deuda externa. Una solución de corte monetarista intentada por el ministro Alfredo Gómez Morales, un histórico del peronismo, no tuvo éxito, y provocó una fuerte retracción de la liquidez, iniciando un complicado proceso de estanflación. La suspensión de las compras de carne argentina por elMercado Común Europeo empeoró la situación.


Ante la creciente actividad de los grupos armados de izquierda —tanto los que actuaban dentro del peronismo, los Montoneros, como otros de corte marxista, el Ejército Revolucionario del Pueblo— y de extrema derecha, Martínez de Perón decidió fortalecer la acción de gobierno. La renovación de la cúpula militar, que incluyó entre otras medidas la designación de Jorge Rafael Videla al frente del ejército, fue parte de un programa de endurecimiento del control, que incluyó también el cierre de publicaciones opositoras.
Como los ataques terroristas iban en aumento y la sociedad era castigada con cotidianos secuestros, asesinatos y atentados contra civiles y militares, la presidenta Martínez de Perón organizó el Operativo Independencia, para lo cual dictó el primer decreto de aniquilamiento o Decreto 261/75 del 5 de febrero de 1975. Este decreto obligó a las fuerzas armadas a intervenir y "aniquilar el accionar de los elementos subversivos que actuaban en la Provincia de Tucumán". La acción bélica fue cumpilida tanto por el Ejército Argentino como la Fuerza Aérea Argentina en la localidad de Monteros, para aniquilar a la Compañía Ramón Rosa Jiménez del ERP, y a los guerrilleros Montoneros, que intentaron un "foco revolucionario" en el monte tucumano.5 El dictado de este decreto de aniquilamiento de la subversión inició el Terrorismo de Estado.
Al agravarse la crisis política y económica, en setiembre de 1975 Martínez de Perón pidió licencia del cargo por razones de salud; sus funciones fueron ejercidas por el presidente provisional del Senado, Ítalo Lúder, entre el 13 de septiembre y el 16 de octubre de 1975. En un momento de especial tensión, amenazó en un discurso pronunciado desde el balcón de la Casa Rosada con convertirse en la mujer del látigo.

El 24 de marzo de 1976 un golpe de estado encabezado por los comandantes en jefe del ejército, marina y aeronáutica destituyó al gobierno constitucional y lo sustituyó por unajunta militar al mismo tiempo que se disolvía el Congreso. La ex presidente fue enjuiciada por malversación de fondos públicos por haber utilizado para pagar una deuda personal fondos pertenecientes a una fundación, que luego reintegró. La dictadura mantuvo detenida a María Estela Martínez de Perón durante más de cinco años, primero en la residencia de El MessidorNeuquén y luego en una quinta en la localidad de San Vicente, ubicada en el conurbano de Buenos Aires.
Una vez liberada, en julio de 1981, se radicó en Madrid y abandonó en forma casi total la actividad política, aunque regresó ocasionalmente a la Argentina. El plebiscito sobre elCanal de Beagle fue ocasión de su última aparición como figura histórica del peronismo, cuyos sectores más ortodoxos mantenían su respeto por ella en su carácter de viuda de Perón.

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