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El 31 de marzo de 1844, el almirante francés De Moges a bordo de la fragata La Neréide dio vos de alarma de que una flotilla de barcos haitianos se encontraban asaltando las costas de la Bahía de Ocoa, transportando suministros para el ejército haitiano que había sitiado la provincia de Azua. De Moges recomendó al presidente de la Junta Central Gubernativa, Tomas Bobadilla y Briones, que ordenara que todas las embarcaciones de Santo Domingo fuesen preparadas para la guerra. Los conscriptos para la nueva armada recién creada se reunieron en la Puerta de la Misericordia. Entre ellos estaban Juan Alejandro Acosta, José Antonio Sanabia, Joaquín Orta, Teodoro Ariza, Pedro Tomás Garrido y Fermín González.
Juan Alejandro Acosta junto con algunos mercantes lograron armar dos goletas. Acosta recibió la goleta Eleonore (rebautizada como San José) de manos del comerciante británico Abraham Cohen y fue seguido por el mercante italiano Juan Bautista Maggiolo quien recibió la goleta María Chica de manos de los mercantes catalanes José y Francisco Ginebra. Las dos goletas, San José y María Chica, zarparon rumbo a la localidad de Aguas de la Estancia, Baní para reunirse con Juan Bautista Cambiaso, otro mercante italiano.
La goleta Separación Dominicana durante la Batalla de Tortuguero, por Adolfo García Obregón
Las noticia de la victoria dominicana se esparció como pólvora y el 23 de abril de 1844 la Junta Central Gubernativa ordenó que las tres goletas fueran incorporadas a la recién creada Marina de Guerra, y el comandante Cambiaso fue nombrado almirante. La presencia haitiana en el mar se desvaneció después de este encuentro, consolidando la supremacía naval de la recién creada nación.
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